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lunes, 7 de mayo de 2012

Restaurante Chicoa: la cocina mediterranea tradicional también gusta

Hacía tiempo que no narraba ninguna buena experiencia gastronómica, más que nada porque no había gozado de ninguna ( austeridad, amigos ), pero ha llegado el momento de romper con la sequía de restauración...

El lugar que "disecionaré" es el restaurant Chicoa en Barcelona, con fama de servir los mejores guisados de bacalao de la ciudad condal.

Entrada al Restaurante Chicoa, en la calla Aribau de Barcelona.
El local es de estilo  rústico, acorde con el tipo de cocina tradicional que ofrece, con una tenue luz y un ambiente cálido e intimista. Un detalle que me llamó la atención es que el techo simula ser una cubierta inclinada a dos aguas con claraboyas incluídas, aunque nos encontramos en el bajo de un típico edificio del Eixample...

Bien, sin  más dilación, voy a ilustrar con  los platos que degustamos en el convite. Como entrante, escogí unos espárragos verdes a la plancha con salsa romescu, así que jugé sobre seguro.

Los espárragos a la parrilla con salsa romescu.
La decisión fue acertada porque estaban deliciosos, pero mis compañeros de mesa creo que eligieron todavía mejor, pues optaron por un plato llamado Pupurri,  un interesante combinado que incluía aros de calamar, anchoas y buñuelos de bacalao, todo ello presentado de una forma muy ordenada, al estilo de tapas, que la verdad es que me llamó mucho la atención.

Imagen del plato denominado Pupurri
Recién terminado el primer plato, el atento y rápido servicio nos colocó delante los segundos platos. Aclararé que en el momento de pedir no tenía ni idea que la especialidad de ese restaurante era el bacalao, así  que patiné un poco pidiendo un entrecot a la pimienta...Aunque, la verdad, para mí que soy bastante carnívoro, un entrecot nunca se considera mal pedir...Y además, estaba delicioso.

Presentación del entrecot a la pimienta

Por suerte, uno de mis compañeros comensales sí conocía  el punto fuerte de la carta de Chicoa, y optó por bacalao gratinado al all y oli con langostinos. Como véis, la presentación era inmejorable:

  
Bacalao gratinado al all y oli con langostinos
Y, según mi compañero, parece ser que su sabor era incluso mejor que su aspecto.
Cuando parecía que el siguiente paso eran los postres, tuvimos una visita inesperada: Joan, el propietario del negocio, decidió obsequiarnos con una demostración de su otra gran pasión: la magia. Y así, de forma espontánea y en nuestra mesa, nos hizo una serie de juegos de manos realmente soprendentes. Magia en vivo y en directo en un restaurante, un cocktel insólito pero sorprendentemente entretenido.

Para finalizar, elegí como postre mel i mató,  opción  ideal para rebajar manjares copiosos.

Postre de mel i matò 
 En estos tiempos donde triunfa la comida experimental, los restaurantes WOK y las cadenas fast-food, siempre es agradable comprobar que sigue habiendo hueco para la gastronomía tradicional en lugares como Chicoa. 

  

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