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certificado energético

domingo, 14 de julio de 2013

Ingenieros vs Arquitectos : la nueva batalla se libra en la certificación energética

De acuerdo, hablar de los recelos y enfrentamientos en cuanto a competencias entre los colegios profesionales de Ingenieros Industriales y Arquitectos y/o ingenieros de la edificación-Arquitectos técnicos no es precisamente tocar un tema nuevo, pero puntualicemos: El Real Decreto 235/2013 del pasado 5 de abril ha descubierto un nuevo capítulo en este conflicto: El de los técnicos competentes para expedir certificados de eficiéncia energética.

Y es que, el citado decreto, en cuanto a ese punto, nos remite a la Ley Organica de Edificación 38/1999, que establece como técnicos habilitados para la redacción de proyectos, dirección y ejecución de obra a Arquitectos Técnicos, Arquitectos, Ingenieros e Ingenieros Técnicos. Y es este el foco de los enfrentamientos, pues mientras que los arquitectos, arquitectos técnicos e Ingenieros de la edificación consideran que sus atribuciones y conocimientos constructivos han sido vulnerados, el resto de ingenieros defienden su derecho legítimo (e incluso histórico ) a participar de la certificación energética.
Si a este hecho añadimos el difícil entorno económico y laboral actual, obtenemos un cócktel explosivo a la enésima potencia. Ni que decir tiene, que como trasfondo a todo esto, se encuentra el borrador de a "Ley de Servicios Profesionales", que tiene en guardia al sector de Arquitectos y Arquitectos técnicos, pues especifica claramente que permitirá proyectar y dirigir obras de edificios residenciales, culturales, docentes o religiosos, a arquitectos e ingenieros con competencias en edificación, eliminando la restricción que existía hasta ahora para Ingenieros en ese ámbito.
Sirva como muestra  el comunicado de del Consejo de Colegios de Ingenieros Industriales del pasado 27 de Junio, títulado "Sobre el verbo edificar", en el que este órgano defiende sus atribuciones en edificación residencial e invita a tranquilizar los ánimos, como ejemplifica esta cita:"En todos los países de nuestro entorno, la colaboración de arquitectos e ingenieros es fluida y necesaria. Y ninguno de ambos colectivos se siente celoso del otro. Lo que tampoco ocurre en ninguno de estos países, es que la reserva de actividad entre ambos esté condicionada por el uso final de las construcciones". La conclusión a tan controvertido comunicado, sin embargo, no parece contribuir a calmar los ánimos: "Quizá no sea correcto decirlo, pero si se atiende a los criterios humanísticos y estéticos es probable que muchos arquitectos se sientan avergonzados de algunas urbanizaciones hechas al amparo del reciente y denostado boom urbanístico, que hacen buena la estética de cualquier polígono industrial. En algunos de los cuales, por cierto, han colaborado, y muy bien, magníficos arquitectos. Porque el humanismo y la estética, también están en la industria."

En el calor del conflicto, se desatan reacciones apasionados, como la de Jordi Ludevid i Anglada, presidente del Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España, quién llega a afirmar que esta ley comportará "la completa desaparición de la Arquitectura en este país"

Para finalizar, y volviendo a la senda de los certificados de eficiencia energética que nos ocupan, me gustaría destacar una cosa: queda en manos del criterio del promotor qué técnico competente elige para obtener su certificado energético, así que quizá este libre-mercado acabe racionalizándose por sí solo, según la demanda real del consumidor.

Y es que, haciendo uso de la lógica, y poniéndonos en la piel del consumidor, ¿a quién elegiríamos para solicitar un certificado energético para nuestra vivienda particular? ¿A técnicos expertos en la proyección y control de ejecución de obras de vivienda residencial, o a técnicos especializados en la rama industrial? He aquí la cuestión.

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